Esta sociedad gira demasiado deprisa, o mejor dicho algunos
quieren ir demasiado deprisa, tanto es así que una de las redes sociales de
moda es el famoso Twitter, una herramienta en la que solo se pueden escribir
150 caracteres, poco más de una frase, y eso causa furor entre una gran parte
de la población de todas las edades, sobre todo en lo más jóvenes que son los
que más prisa tienen por llegar a no se sabe donde.
Los valores que se venden a esta sector de la población son
bastante deprimentes, todo tiene que ver con la estética, la fama y el dinero,
comenzando por eso que está tan de moda, los llamados “selfies”, lo que vienen
siendo las autofotos de toda la vida pero con un objetivo muy diferente, antes
se hacía para inmortalizar el momento y porque no tenías a nadie que te sacara
la foto, ahora el fin es otro muy diferente, ver de que manera puedo hacerme la
foto para salir lo más guapo posible y así subir mi legión de “fans” en alguna
de las múltiples redes sociales.
Todo esto apoyado por el afán consumista de querer tener el
último modelo de móvil, de ordenador, de tablet, vestir a la moda y un largo
sinfín de etcéteras, que nos hacen maquinas devoradoras de productos, sin
disfrutar realmente de lo que importa en la vida, esos pequeños detalles que
muchas veces pasamos por alto, la sonrisa de un niño, la flor que le ha salido
al árbol de nuestro barrio, porque estamos ocupados leyendo el wassap que nos
acaba de escribir nuestro amigo del que acabamos de despedirnos hace cinco minutos,
ni que decir tiene que con este absurdo invento se ha perdido la comunicación
entre los humanos, o por lo menos cara a cara.
Luego están los reality show de diferentes tipos donde se ve
a jóvenes ganando fama y dinero sin ni siquiera tener un mínimo de cultura o
estudios, simplemente por tener la suerte de que hayas sido afortunado en la
lotería genética.
Cierta parte de culpabilidad la tenemos todos, pero también
nuestros gobernantes que en los últimos años han puesto por encima de todo la
economía, antes que la cultura u otros valores como la formación y la
educación, sin darse cuenta que lo que nos hace avanzar como pueblo es
precisamente eso, nuestra cultura, educación y nuestras tradiciones y no la
economía.
De todos modos creo que individualmente todos podemos hacer
por mejorar nuestro entorno, solo hay que mirar menos para adentro y más para
afuera, darse cuenta de los problemas que nos rodean e intentar hacer algo para
solucionarlos, el problema es que hay
que reflexionar y algunos no tienen tiempo para ello.
Daniel Modroño Rodríguez
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