Cucharas calientes


Has bajado en esta estación en curva
antes de abrirse las puertas,
aquí es donde las banderas
agitaban con más viento a favor,
ve con cuidado,
para no meter la pata entre vía y andén.     


La sangre te hierve
en este duelo con la luna
donde la libertad se escapa
entre el polvo que esconde el aire.

Todo vale para llegar a tu destino,
saltarte apeaderos donde se forja la paciencia,
hasta llegar al punto de encuentro
donde te pillas los dedos
en todas las esquinas del barrio.

La soledad hoy es la telonera de tu noche,
mientras el agua baja las calles con relativa prisa,
cruzas la puerta vigilada por Hades
ofreciéndote vicios y placeres,
al otro lado de la barra el galeno de tu alma,
llena tus vasos de elixires,
comienza tu actuación.

Empieza el show, se encienden las luces,
descubres que no hay nada que descubrir,
las alas de mariposa se vuelven alitas de mosca,
atrapándote aún más en estas aguas cenagosas,
cuando la noche se vuelca sobre los lavabos.

El retorno a la realidad
es más cruel que cualquier destino final,
despiertas poseído por el caos.
El sol ha dejado  una nota en la nevera
reivindicando el atentado del amanecer.
El nuevo día descubre en tu habitación billetes rojos,
arruinando los buenos propósitos,
si la cuchara vuelve a estar caliente.
Desesperanza se quedo a comer,
de postre trajo lágrimas de fuego,
 los puños de un gallo de pelea
apadrinaron las heridas del ayer,
recordándote que la línea recta

es el camino más corto hacia la ruina.

Comentarios